En 1992 echaba a andar la revista Asparkía. Investigació Feminista. Su historia es similar a la de muchas revistas interesadas en estudios de género pero nos encontramos en 2016 y nuestra revista sigue en pie. Pero hagamos un poco de historia y veamos el porqué de llamarse Asparkía.

Asparkía: de Aspasia e Hiparquía, dos mujeres que figuran en la historia como rebeldes, dos mujeres fuertes e independientes, dos mujeres con sentido del humor, mujeres –a veces– con una brizna de crueldad. Dos mujeres silenciadas en el silencio de la historia de los hombres, a penas rescatadas del olvido por pequeñas notas de los clásicos.

Las hemos unido en el nombre de nuestra revista porque somos lo que ellos no han querido que seamos: anticonvencionales, fuertes y también amantes bajo la luz del sol, sonrientes, plácidas, libres…

No sabemos si fueron buenas –nosotras no queremos ser santas– pero sí que sabemos que de ellas se habló con respeto o con odio –tantas veces nos odian únicamente por el hecho de hacernos respetar– y también sabemos que supieron mirar con nuevas miradas, reaccionar a las imposiciones y al orden de unos seres masculinos que reflejaban en sus leyes el poder de dioses del mismo sexo.